Tras el cierre del SOFA, el clásico bar de Santa Isabel con Bustamante, Eduardo Rodríguez, ex socio del lugar tuvo que buscar nuevos horizontes y los encontró más cerca del lo que creía. Su polola, Carolina Olivera, estudiante de Periodismo, también tenía en mente un nuevo concepto de local en el lugar indicado: Esmeralda con Miraflores. Un lugar donde se combine tomar un café en la mañana, almorzar por la tarde y tomare un trago y escuchar buena música hasta la madrugada. Con una gran inversión inicial y materiales traídos de diversas partes del mundo, los jovenes dueños del local pretenden abrir un novedodso espacio en pleno centro de Santiago. “Es un lugar que faltaba por acá y de los cuales hay pocos en esta ciudad, sobretodo enfocado a un segmento de los veinticinco hacia arriba” cuenta Carolina.
En la implementación del local, que lleva casi un año, los dueños se han preocupado de cada detalle, importando telas, papeles murales y guiándose por libros y revistas especializadas en el rubro. La idea es combinar un poco del estilo clásico y europeo, también presente en el barrio Parque Forestal y algo de lo moderno, que tiene que ver también con los habitantes actuales del sector. A pesar de tener un horizonte claro, el proceso ha sido demoroso, porque se han hecho cosas que se han corregido, como incluso poner todo el piso del salón principal, para luego sacarlo e instalar otro. Los ruidos de taladros y los obreros aún circulan por el lugar.
La carta, que según Eduardo Rodríguez, aún se encuentra en construcción, pero según el mismo socio, planea ser una combinación de varios estilos, pero siempre prevaleciendo el popular chileno, tan de moda por estos días.
Por ahora, sólo queda esperar y ver que tan bueno y novedoso resulta ser Amapola, que mirando al edificio del Servicio Electoral y al lado del Goethe Institute, promete desordenar el barrio.
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Si quieres conocer más datos del bar, escúchalo aquí
En la implementación del local, que lleva casi un año, los dueños se han preocupado de cada detalle, importando telas, papeles murales y guiándose por libros y revistas especializadas en el rubro. La idea es combinar un poco del estilo clásico y europeo, también presente en el barrio Parque Forestal y algo de lo moderno, que tiene que ver también con los habitantes actuales del sector. A pesar de tener un horizonte claro, el proceso ha sido demoroso, porque se han hecho cosas que se han corregido, como incluso poner todo el piso del salón principal, para luego sacarlo e instalar otro. Los ruidos de taladros y los obreros aún circulan por el lugar.
La carta, que según Eduardo Rodríguez, aún se encuentra en construcción, pero según el mismo socio, planea ser una combinación de varios estilos, pero siempre prevaleciendo el popular chileno, tan de moda por estos días.
Por ahora, sólo queda esperar y ver que tan bueno y novedoso resulta ser Amapola, que mirando al edificio del Servicio Electoral y al lado del Goethe Institute, promete desordenar el barrio.
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